La Corporación Insular descubrió una placa con su nombre en 2021 y rebautizó la senda de bajada al cráter como ‘Camino Agustinito’, como siempre se le conoció popular y cariñosamente por su carácter afable
Gran Canaria, 8 de marzo de 2024. El Cabildo de Gran Canaria lamenta profundamente el fallecimiento a los 97 años de edad de Agustín Hernández Torres, considerado el último habitante de La Caldera de Bandama y conocido de manera popular y cariñosa como ‘Agustinito’ por su carácter afable.
Agustín Hernández Torres fue homenajeado en vida en 2021 por la Corporación Insular con el descubrimiento de una placa que reconoció su papel como conservador del paisaje y personaje esencial en la historia de este enclave. Además, el sendero que bajó y subió a diario este agricultor desde el acceso a la caldera y hasta su fondo fue rebautizado como ‘Camino Agustinito’.
Tras conocerse la noticia, el presidente del Cabildo, Antonio Morales, ha querido expresar sus condolencias en nombre de la Corporación Insular a sus familiares, así como a las amistades y personas conocidas de un grancanario que deja una huella indeleble en la memoria insular.
El último agricultor de La Caldera de Bandama será velado en el Tanatorio de San Miguel de Las Palmas de Gran Canaria hasta su incineración, el sábado 9 de marzo a las 12.30 horas.
El Cabildo subraya que la presencia de ‘Agustinito’ en La Caldera contribuyó a su mejor conservación al cuidarla con mimo la mayor parte de su vida, pues fueron incontables las veces que cerró y abrió la verja de hierro por la que se accede a la senda de bajada a La Caldera.
‘Agustinito’ llegó a La Caldera cuando era muy niño, junto a sus padres y sus ocho hermanos en 1936. Su historia está íntegramente ligada a la de La Caldera, donde vivió por muchos años en las casas de muros anchos y tejados a dos aguas que se atisban desde el emblemático Mirador de Los Cuartos o desde el propio Pico de Bandama; donde aró sus tierras, sembró y aventó el grano en sus eras; donde ha sufrió y disfrutó de la dura, sencilla y sin artificios vida del campesino canario y compartió un pizco de queso, pan y vino con todo aquel que tuviera la sensibilidad escuchar la sabiduría popular que derrochaba.
Asimismo, vivió la importante transformación del paisaje que le rodeaba, al convertirse en algo residual la actividad agrícola tradicional que caracterizó la zona durante los siglos anteriores y que dejó paso a una etapa de conservación y protección del patrimonio natural al declararse el Monumento Natural de Bandama.