El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, aseguró hoy que los trabajos de modernización que se han ejecutado en los puntos limpios y las plantas de transferencia de la Isla contribuyen a crear las capacidades que permitan maximizar la recuperación de recursos y seguir avanzando hacia la economía circular. De hecho, como aseveró, “el Gobierno insular ha sido la primera administración pública en Canarias que ha elaborado una estrategia de economía circular, porque la circularidad es básica en un territorio como el nuestro, que es frágil y aislado y, por lo tanto, el objetivo es ir hacia la reducción de aquellos productos que generan después un impacto en el territorio”.
Con esta filosofía y ese convencimiento, Antonio Morales presentó a la sociedad isleña el Plan de acondicionamiento de estas instalaciones, en un acto que se desarrolló en el Punto Limpio de Llano Alegre, en el municipio de Santa María de Guía, y en el que estuvo acompañado del consejero insular de Medio Ambiente, Clima, Energía y Conocimiento, Raúl García Brink, y del presidente de la Mancomunidad del Norte y alcalde Moya, Raúl Afonso Suárez.
En su intervención, el presidente Morales puso de relieve que el Cabildo de Gran Canaria ha puesto en marcha durante los últimos años, a lo largo de todo el territorio insular, una red de ocho puntos limpios y dos plantas de transferencia, además de una segunda red de puntos limpios itinerantes, que se están desplazando por todos los municipios de la Isla municipios desde septiembre de 2022 y en los que ya se han recogido alrededor de 3.500 kilogramos de residuos.
“Por lo tanto, todos estos elementos son claves importantísimas para alcanzar ese propósito y que, por otra parte, hacen que Gran Canaria sea en estos momentos la Isla que más recicla”, subrayó. No obstante, también consideró que el avance que experimenta el nivel de reciclaje en la Isla, que pasó del 31% de 2022 al 36% de 2023, “no es suficiente”, porque “el objetivo es que podamos reciclarlo todo y, por eso, ahí están las campañas de concienciación y, por eso, aquí están las instalaciones de este tipo”.
De hecho, en 2023, en los ocho puntos limpios se reciclaron 29.314 toneladas de residuos y, en las dos plantas de transferencia, 20.736 toneladas en la de Guía y otras 2.477 en la de La Aldea, lo que hace un total de 52.527 toneladas, el 36% de las 145.000 que se generan en la Isla.
En este sentido, el presidente del Gobierno insular hizo especial hincapié en la necesidad de sensibilizar y concienciar a la ciudadanía acerca de que se pueden reciclar productos que no es posible tratar en las plantas convencionales y que necesitan ser sometidos a un tratamiento especial. “Está en nosotros, en los consumidores, en los habitantes de la Isla, que utilicemos menos productos susceptibles después de ser reciclados”, sentenció.
Y es que esta iniciativa de adecuar las instalaciones a las últimas tecnologías para obtener una mayor recuperación de los residuos se enmarca en la visión de ecoísla que propugna el Gobierno insular, en la que se contempla una política de ‘residuo cero’, guiada por la necesidad de reducir las emisiones de carbono, aumentar la resiliencia de los recursos y conservar el espacio de los ecoparques.
De ahí que el Cabildo de Gran Canaria apueste por puntos limpios y plantas de transferencia de última generación, que ofrezcan servicios mejorados de eliminación y reciclaje de residuos, contribuyendo a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, y que hagan más eficiente el sistema insular de recogida de residuos. Y de ahí, también, el reto que se ha marcado la Corporación insular de implementar la estrategia ‘Gran Canaria Circular 2030’, para disminuir el volumen de los residuos que terminan siendo depositados en las celdas de vertido.
En esa estrategia abundó Raúl García Brink, quien incidió en que, si bien es cierto que el número de residuos está aumentando, “el objetivo del Cabildo, el proyecto de Isla que tiene es intentar, en la medida de lo posible, ir parando este incremento. Y lo podemos hacer aplicando principios de economía circular y, de esta manera, procurar seguir desarrollándonos económicamente, continuar generando bienestar a los ciudadanos, pero reduciendo la cantidad de residuos que estamos produciendo”, sostuvo el consejero insular de Medio Ambiente. “Eso se puede hacer a través del ecodiseño y de una compra más responsable por parte de los consumidores”.
Por su parte, Raúl Afonso calificó este proyecto como “un acierto por parte del Cabildo de Gran Canaria”, puesto que supone que los 11 municipios que conforman la Mancomunidad del Norte que preside “podamos contar con un punto que pueda no solo reducir los recorridos de transportes, con lo que evita la emisión de CO2, sino modernizar las instalaciones para que, poco a poco, consigamos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, concluyó.
Más eficiencia y más sostenibilidad
Los trabajos de modernización de esta red, que comenzaron el 25 de mayo de 2023 y finalizaron el pasado 26 de enero de 2024, forman parte del contrato ‘Concesión del servicio público de gestión de la Red de Puntos Limpios y Plantas de Transferencia de Gran Canaria’, que fue adjudicado a la empresa Urbaser, SA por un importe de 21 millones de euros y un plazo 10 años, y formalizado el 27 de julio de 2021.
Más concretamente, en esta parte del contrato se han invertido 2.223.004 euros tanto en la ejecución de las obras, con un coste de 769.700 euros, como en el suministro de los equipos, al que se han destinado 1,453.344 euros, así como en la explotación de las instalaciones durante el período concesional.
Así, con esos fondos, se han mejorado y ampliado las plantas de transferencia de Santa María de Guía y de La Aldea, lo que permitirá a los ayuntamientos de la comarca descargar además de la fracción resto, como hasta ahora, otros residuos de sus recogidos municipales, como envases ligeros, papel-cartón, trastos y ensere, y de fracción orgánica, esta última únicamente en la planta de Guía, y, con ellos, disminuirá sustancialmente los recorridos de los camiones recolectores y optimizará la eficiencia de las rutas dentro de cada localidad y reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero por el transporte en carretera.
Igualmente, se han acondicionado y equipado los ocho puntos limpios de la Isla, para cumplir la normativa de residuos, mediante la instalación de casetas de almacenamiento temporal de residuos peligrosos y de aparatos eléctricos y electrónicos, la implantación de un sistema de control digital de acceso, la mejora de los sistemas de vigilancia de las instalaciones y de la pavimentación, y la colocación de señalización horizontal y vertical, entre otras acciones.
Y, además, se han instalado paneles de fotovoltaica para autoconsumo, así como sistemas de recogida de pluviales para su reutilización en el riego de los jardines y se ha sustituido la iluminación existente por otra de tipo LED, de modo que los trabajos también han supuesto una mejora de la sostenibilidad en estas infraestructuras.
Con esta iniciativa, el Cabildo de Gran Canaria hace frente al crecimiento de la producción de residuos en la Isla, que, como explicó Elisa Monzón, jefa del Servicio insular de Residuos, se ha estabilizado en un 2 o 3% desde hace años, una cifra acorde con el aumento de población y con el desarrollo económico que experimenta la Isla.
Monzón detalló que los puntos limpios dan servicio a la ciudadanía, que puede depositar sus residuos ya separados en casa de forma gratuita, para que el Cabildo los traslade a gestores autorizados; y que las plantas de transferencia dan ese mismo servicio a los municipios, cuyos camiones de recogida dejan los residuos de los distintos contenedores.
Y destacó que, junto al acondicionamiento de las instalaciones, se ha implementado una mejora del servicio, con la ampliación del horario de los puntos limpios a los domingos por la tarde, de modo que están abiertos de 08.00 a 20:00 horas, todos los días, menos el lunes, que abre hasta las 14.00 horas.
Por último, hizo referencia a los robos que se produce en esas instalaciones para señalar que se está combatiendo mediante operativas coordinadas con las policías locales y la Guardia Civil, a las que ahora se unen las nuevas cámaras de seguridad.