La ciudad de Las Palmas de Gran Canaria disfruta ya de sus primeras fuentes transitables, es decir, fuentes abiertas pensadas para ser atravesadas y cuyos chorros son elementos de juego, refresco y disfrute.
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, a través de los Presupuestos Participativos Municipales, ha reconvertido dos fuentes ornamentales, una en el Parque de Las Rehoyas y otra en el Castillo de la Luz, en manantiales que, con doce y ocho surtidores respectivamente, disponen de una presión de bomba y una altura variables, luces de colores y adoquinado antideslizante, para facilitar el juego a su alrededor.
La intervención ha estado en manos del servicio de Mantenimiento Urbano, dependiente de la Consejería de Desarrollo Estratégico, Sostenibilidad y Energía, cuya edila, Gemma Martínez Soliño, ha destacado que “llevar el agua al espacio público, además a través de fuentes que facilitan el juego, pero también aportar sombras o renaturalizar, es parte de la hoja de ruta que tenemos para evitar las islas de calor y para recuperar las calles para las personas, para la vida”.
Estas fuentes están pensadas para maximizar los recursos, con surtidores compactos diseñados para recircular el agua, reconduciéndola hasta el depósito de depuración que mantiene el agua en todo momento limpia y tratada. De esta manera no sólo se recupera eficazmente el agua de la fuente para volver a ponerla en circulación sino que además se puede aprovechar el agua de la lluvia para rellenar el depósito, optimizando al máximo este recurso natural.
El horario, con un descanso intermedio que permite alargar la vida de los motores, será de 10 a 14 horas y de 16 a 22 horas.