El agua de los estanques de barro situados en el entorno del Paisaje Protegido de Pino Santo, concretamente en la zona conocida popularmente como Las Charcas de San Lorenzo, se está evaporando. Y esto quiere decir que muchas especies que habitan de manera estacional o permanente en este ecosistema protegido (sin protección institucional), tendrán que buscarse otro sitio para nidificar o pasar el invierno.
Desde hace tres años las instituciones nos prometieron ponerse las pilas para tratar de crear un espacio natural en la zona, único en una gran ciudad española. Pero hasta ahora solo ha sido el propietario de tres de los estanques, de su propio patrimonio, el que ha llenado los estanques para que, mientras se mantenían las negociaciones, las aves pudiesen seguir nidificando.
El Ayuntamiento no pagó ni una gota de esa agua y lo que hizo es jugar al escondite con esta plataforma y despejar balones cuando protestábamos por este hecho. Y nos estamos refiriendo a especies acuáticas como la garza real, la garceta común y el martinete común, el tarro Canelo, incluido en el Libro Rojo de las aves de España como “En peligro crítico”, el canario, el jilguero, el verderón, el pardillo, busardo ratonero o “aguililla” y el cernícalo vulgar, las currucas tomillera, cabecinegra y capirotada, la tórtola europea, y el vencejo unicolor o “andoriña” entre otras muchas especies protegidas, tanto a nivel regional como nacional e internacional, pero que parece interesar poco a nuestras instituciones grancanarias. Y a las pruebas nos remitimos, ya que el Ayuntamiento aprobó por unanimidad de la Corporación el conservar el entorno a la espera de poder hacerse con los terrenos, que son privados, y así poder crear un gran Parque Agroambiental en la zona para el uso y disfrute de la ciudadanía, no solo del distrito sino de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.
El grupo local SEO-Gran Canaria, con el apoyo de la delegación regional, se ha estado involucrando a lo largo de estos años que llevamos como plataforma reivindicando la conservación de este paisaje protegido en distintas acciones, aparte de la realización de un censo de especies, con las que trata de dar conocer la riqueza ornítica del espacio, alertar sobre su deterioro y de mejorar su estado de conservación.
Desde la Plataforma ciudadana Salvar Las Charcas de San Lorenzo llevamos reivindicando desde hace más de 25 años que desde las instituciones se recupere para el uso público de estos terrenos y se fomente el disfrute de Las Charcas y el Camino Viejo de San Lorenzo para los ciudadanos de Tamaraceite, San Lorenzo y de la ciudad. Que se regule el uso público y de ocio de nuestro entorno natural. Que se mejoren las condiciones biológicas de las Charcas y el Camino Viejo. Que se contribuya al conocimiento de la ciudadanía y especialmente de los escolares de los valores ambientales asociados al entorno (vegetación, fauna, paisaje, geomorfología, usos tradicionales asociados, etc.) mediante elementos interpretativos.
Y por último recuperar los elementos etnológicos actualmente desaparecidos y los que están en estado de semiabandono. Por ello volvemos a pedir, lo que hemos realizado de manera reiterada en años anteriores, que el Ayuntamiento intervenga de una vez como servidor de lo público y cumpla el acuerdo plenario para evitar su deterioro y reforestar la zona, con fondos de empleo, mientras se tramitaba la compra de los terrenos.
Así mismo instamos al Cabildo como máximo órgano de gobierno insular ponga en marcha el foro político-social que prometió en mayo de este año 2021 para poner en común todas las acciones que permitan asegurar la pervivencia de esta zona, llegue a acuerdos con el Ayuntamiento para hacerse con los terrenos y cuidar el paisaje protegido de Pino Santo. Desde los colectivos que formamos esta Plataforma, asociaciones, Ongs y vecinos, estamos estudiando la organización de movilizaciones para que las promesas realizadas en la legislatura anterior se vean hechas realidad. Ya es hora de que frenemos el enorme deterioro y destrucción del patrimonio etnográfico en esta zona (estanques, acequias, canales, cantoneras, acueductos, caminos reales, senderos), que son arrasados por el vandalismo.