El problema de la vivienda en Santa Brígida no preocupa mayormente al grupo de gobierno municipal. Ando Sataute se vio solo en el Pleno Municipal, defendiendo la moción con la que pretendía que el Ayuntamiento emprendiese la elaboración de un Plan Municipal de Vivienda que implemente y coordine, las distintas medidas y programas de cualquier administración pública, encaminadas a garantizar el derecho al acceso a una vivienda digna y asequible a la ciudadanía de la Villa de Santa Brígida, que promueva la función social de la vivienda y que avance en la construcción de un servicio público.
En esta legislatura el casco de la Villa ha perdido suelo para vivienda pública en favor de un equipamiento comercial, y únicamente se ha conveniado la rehabilitación de tres escuelas unitarias como viviendas de tránsito, una en El Raso y dos en Pino Santo Bajo. Mientras tanto, muchas personas jóvenes y no tan jóvenes, se ven obligadas a migrar a municipios limítrofes para alquilar o comprar su vivienda.
La vivienda es un bien de primera necesidad y su función social debe ser preservada por las instituciones públicas por encima de cualquier otra consideración. Así lo contempla la Constitución Española en su artículo 47 donde declara que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada y atribuye a los poderes públicos la obligación de promover las condiciones necesarias y establecer las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho.
El Consorcio de Viviendas de Gran Canaria y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han generado el servicio “Indicadores de vivienda de Gran Canaria” para promover el fomento de actividades de innovación en materia de vivienda, poniendo a disposición de los municipios datos tan importantes como el “Inventario y caracterización de la vivienda de promoción pública en Gran Canaria” y los Indicadores de diagnóstico de la actual situación.
Ando Sataute cree que es un momento ideal para elaborar un Plan Municipal de Vivienda que entre otros objetivos permita articular la promoción pública de vivienda en los suelos disponibles, impulsar proyectos de rehabilitación sostenible, dinamizar el uso de viviendas vacías, intermediar para el fomento del alquiler mediante un sistema que dé garantías a personas inquilinas y propietarias, articular un programa de convivencia intergeneracional, facilitar la gestión, información y ayudas para hacer más ágil el acceso a la vivienda. En definitiva, un Plan Municipal de Vivienda que garantice y haga efectivo el acceso a una vivienda digna y de calidad a la población del municipio en función de sus necesidades familiares, sociales y económicas, con especial atención a los colectivos más vulnerables – jóvenes, mayores, personas en riesgo de exclusión social-.