El vicepresidente primero del Cabildo de Gran Canaria y consejero de Obras Públicas e Infraestructuras, Arquitectura y Vivienda, Augusto Hidalgo, ha anunciado este martes que la obra de emergencia para reforzar la estructura de hormigón que soporta el Viaducto del Guiniguada, en la GC-3, se dará por completamente finalizada en 2025 cuando se culmine la sustitución de los 32 tendones de acero originales por otros nuevos, y se añaden 20 tendones nuevos para acabar de incrementar la seguridad de la estructura que soporta una media de 100.000 vehículos cada día. Cada tendón está formado por un gran cable que aglutina en su interior a entre 25 y 27 cordones de acero en tensión, por lo que las dos estructuras que conforman el Viaducto del Guiniguada contarán con más de 140 kilómetros de nuevos cables de acero en su interior.
“Estamos llevando a cabo las obras de emergencia para la reparación y refuerzo del viaducto del Guiniguada, que en realidad son dos viaductos separados, y que tenemos previsto finalizar en 2025. Con esta actuación se refuerza la seguridad de la GC-3 a su paso por el Guiniguada tras descubrirse hace año y medio que varios tendones que soportan la estructura estaban dañados. En cualquier caso, nunca ha habido un riesgo real de colapso ni por supuesto lo va a haber mientras se ejecutan las obras por lo que la seguridad de la vía es total”, anunció Augusto Hidalgo, “lo que buscamos es garantizar que ambas vías que forman parte del viaducto del Guiniguada tengan una vida útil de al menos unos cien años, que es lo que se preveía en un principio, cuando se construyó”.
El vicepresidente insular recordó que esta obra de emergencia fue adjudicada por 11.983.505 euros, y en los 15 meses de obras que se llevan ejecutados se han certificado ya trabajos por valor de 5,7 millones de euros. “Se ha avanzado mucho en estos trabajos de reforzamiento y en el viaducto que está del lado mar las obras estarán ya concluidas este verano y los ciudadanos no van a notar la diferencia porque en este sentido norte no hay restricciones de tráfico”, explicó Hidalgo, “sin embargo, en el de la parte tierra, en el que se circula el sentido sur, sí va a seguir con restricciones para el paso de vehículos pesados hasta 2025 cuando concluiremos toda la obra. Esta estructura va a contar con un refuerzo extra que se empezará a instalar en los próximos meses, que va a ser exterior y la gente lo va a poder ver. Por lo demás, no hay ninguna restricción más de tráfico sobre estos dos viaductos salvo las que obligan las obras, de manera puntual y siempre en horario nocturno”.
Las obras en ejecución actualmente van destinadas al restablecimiento y mantenimiento de las condiciones estructurales de ambos viaductos sustituyendo el pretensado afectado por un mayor deterioro para así conseguir el restablecimiento y mantenimiento de las condiciones de servicio de la carretera. Para ello se está realizando, por un lado, la demolición y desinstalación de todos los tendones de pretensado interior (dentro de la estructura de hormigón) que constituye la estructura y la reinyección de todo el pretensado de continuidad de la estructura.
A continuación, se procede a la instalación de los nuevos tendones de pretensado exterior (a la vista), en sustitución de los anteriores y el posterior refuerzo de la estructura con nuevos tendones hasta conseguir el restablecimiento de las condiciones de servicio de la estructura y, por tanto, de las condiciones de seguridad necesarias en el tramo de carretera afectado.
En las operaciones de sustitución del pretensado exterior se están reinstalando 32 tendones (16 por estructura) de acero pretensado con un peso total de 120.000 kilos y 93 kilómetros de cordones de acero pretensado. La fuerza que soporta cada uno de estos tendones es de unas 532 toneladas. Para reforzar la estructura se están instalando 20 tendones adicionales con un peso de 62.000 kilos en acero y una longitud de 47 kilómetros. La fuerza en cada uno de estos tendones nuevos de refuerzo soportará presiones que van desde las 277 toneladas hasta 553 toneladas.
Las actuaciones a realizar suponen un verdadero desafío en materia de reparación de estructuras, como consecuencia de que las obras a ejecutar se ejecutan con el tráfico abierto (con las restricciones pertinentes en lo relativo al tráfico pesado en dirección sur), ya que la GC-3 constituye una de las principales arterias de la Isla de Gran Canaria, y el cierre del viaducto podría suponer un colapso circulatorio en la Isla de Gran Canaria, toda vez que la Intensidad media diaria de tráfico asciende a los 110.000 vehículos.
El vicepresidente Augusto Hidalgo recalcó que la seguridad de los usuarios ha sido siempre la prioridad para el área de Carreteras del Cabildo y por eso desde que se detectaron las anomalías en la estructura se implantó un plan de monitorización del Viaducto. En este sentido cabe indicar que la estructura se encuentra monitorizada en tiempo real, las 24 horas del día, siendo analizado de forma continua los datos por un equipo de ingenieros especializados, realizándose además inspecciones continuas (varias veces todos los días de la semana) de los diferentes elementos estructurales del viaducto a fin de anticipar cualquier comportamiento anómalo, siendo los resultados obtenidos hasta el momento favorables.
Revisiones periódicas
El vicepresidente Hidalgo también anunció que la Consejería de Obras Públicas licitará en breve un nuevo concurso para revisar todos los puentes, muros, pasos elevados y subterráneos, y otras estructuras de las carreteras de Gran Canaria con el fin de planificar futuras actuaciones preventivas para que no ocurran situaciones parecidas a la del viaducto del Guiniguada.
“Lo que queremos es que, a partir de ahora, haya una revisión permanente de todas las estructuras de la isla de Gran Canaria, no solo los puentes de esta dimensión, sino desde una pasarela peatonal, pasando por un paso subterráneo, por un acceso a una vía, por muros… hasta como digo estas grandes estructuras como son los viaductos de autopista”, informó Augusto Hidalgo, “vamos a licitar en breve un contrato que va a tener un coste de inversión de unos dos millones de euros al año y que tiene como objetivo tener siempre en perfecto estado de conservación todas las instalaciones y viaductos de la isla de Gran Canaria”.